¿Aceptas tu realidad?

¿Aceptas tu realidad?
sábado, 21 de julio de 2018 0 comentarios

Gracias por tu agradecimiento


Al principio cuando te enamoras no necesitas agradecimientos, ya que agradecida estas por el hecho de haberte enamorado y de tener a la persona querida a tu lado.  ¡Gracias por cada centímetro de tu cuerpo,  gracias por tu sonrisa!. Nuestro agradecimiento puede llegar a la ceguera que solo el enamoramiento es capaz,  llegando a percibir los peores atributos de nuestro amado/a con un singular encanto. Soy mujer, por eso no puedo ponerme en el pellejo de un hombre, aunque lo intente, pero si me puedo imaginarme como mujer encandilada enamorada un poco perturbada: Que mi chico come como un cerdito:  ¡No ves que encantador, comiendo es  como un niño pequeño!.  Que te suelta una grosería:  ¡Que temperamento mas varonil tiene! Que se va constantemente de parranda y te deja tirada: ¡Es que es tan encantador y sociable!
Los agradecimientos empiezan a menguar después de ese periodo de trastorno transitorio de enamoramiento, pero sin darte cuenta estás convencido/a de que es el amor de tu vida y decides convivir con esa persona el resto de tus días, o al menos esa es tu intención. Ahora lo tienes al lado de tu cama, roncando como un búfalo, y lo peor, sin poder pegar ojo, y, por supuesto, lo último que se pasa por la cabeza es estar agradecida.  Ya no existen “gracias” ni de “nada”, ya que la confianza a estas alturas da asco,  y los agradecimientos “sobreentendidos o no” brillan por su ausencia.   Pero esos sobreentendidos son el arma letal de una relación. El reconocimiento es síntoma de amor que se canaliza a través del agradecimiento, por lo que la falta de ellos van erosionando poco a poco la relación. Un gracias, un beso, una mirada cariñosa, un tenderte la mano,  …deberían ser  los “imprescindibles” para darnos a entender este reconocimiento y afecto. 

Una de mis mejores amigas, que estaba en un punto casi agonizante de su relación de pareja,  me hizo caer del guindo ante su lógica aplastante: Su falta de reconocimiento y de agradecimiento se convirtió en el veneno  que enfermaba poco a poco  mi amor por él, y este  amor esta totalmente e irremediablemente “muerto”. 
La psicóloga Arnie M. Gordon de la Universidad de California es pionera en investigaciones sobre “el agradecimiento” con su  hipótesis de "el circulo del aprecio”.  Las parejas que expresan agradecimiento son más felices y están más unidas, aparte de que permanecen más tiempo juntas.  No se trata de estar todo el rato diciendo “gracias”,es acordarse de esa persona cuando hace algo por ti o lo comparte contigo, a través de mil señales no verbales y, porque no, si verbales.

Después de algunos o muchos años juntos, una  reflexiona y hace balance de si la relación merece la pena. En aquellos momentos malos, en sus enfados, en sus ronquidos, en sus manías, en sus defectos, ...; pero allí están los otros buenos ratos,  en el cariño, en las risas, en complicidades, en los aprecios, en los agradecimientos, ... y entonces es cuando podríamos decir que nos sentimos “agradecidos” de haber construido un mundo juntos.

El agredecimiento nos ayuda a reconocernos y valorarnos por lo que valemos, no por lo que nos falta.

Estudios realizados muestran que el que experimenta y expresa agradecimiento, es más feliz y vive más saludablemente.

Pero si queremos expresar agradecimiento en nuestra pareja tendremos que practicar apreciando lo bueno de ella.  Un terapeuta de parejas y autor del libro “Cuidados en la pareja”, Hans Jelleuschek, nos cuenta que las parejas tienen que volver a aprender a observar lo positivo de su media naranja y expresarlo.  Estamos hablando de que percibamos la realidad de nuestra relación, no solo con  las partes negativas de conflicto, discrepancias y desgaste, yéndonos a la “zona oscura”, sino que observemos lo positivo dando pasos hacia “la luz“.
El primer paso hay que ponerlo en práctica observando nuestra relación y  haciéndonos  conscientes en nuestro día a día de lo que encontramos y experimentamos positivo en nuestra pareja y relación.  Esto lo iremos apuntando en una libreta.  La mayoría  de estos dijéramos “comportamientos que vemos de manera positiva” pueden pasar como intrascendentes y banales: ¡Que guapa esta hoy!; ¡el vestido que lleva me gusta!; ¡hoy ha sido puntual!; ¡que bueno esta este plato!; ¡que agradable ha sido con mi hermana!; ¡como se ha ayudado a nuestra hija!; ¡que manitas es arreglando la ducha!; ¡me gusta el mueble que ha elegido!; ¡que detalle en comprarme esta camisa sin ser mi cumpleaños, o santo, o aniversario, o …..!,  …y un sinfín de ... ¡que bien …! ¡me ha gustado …!, ….  Y el segundo paso es no quedarse callado y reaccionar expresando tu reconocimiento y  agradecimiento: ¡Que bien te sienta ese vestido!, ¡Que rico esta este plato!, ¡que bien has ayudado a Carlota con su trabajo ¡, ¡que diferencia con la ducha! , y.., y ….. .  Pero ahí no se acaban los pasos: El que recibe los reconocimientos y agradecimientos tiene que saber aceptarlos, sin con ellos considerarse pretencionso/a o arrogante,ya que aparte de ser muy saludable, hay que saber quererse a si mismo: "Gracias por tu agradecimiento".

El sociólogo Georg Simmel define el agradecimiento como la “Memoria moral de las humanidad”, ya que sin el agradecimiento por lo que los otros han conseguido y realizado no nos hubiese sido posible haber avanzado como personas, sino que habríamos despilfarrado y destrozado a nuestro antojo. Pero aunque estos derroteros van más por lo filosófico, si son dignos de reflexión, y quizás debamos ver el agradecimiento, cuando hablamos del prójimo que forma parte de nuestra vida, como “recuerdo moral de nuestra relación” y homenaje a nuestra común andadura por esta subsistencia, sin el cual un futuro juntos no tendría sentido.  

Sin agradecimiento y reconocimiento nos desmembraríamos y destrozaríamos. 

viva40mas
Fuente: Woman Brigitte 


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