Cuando los años pasan las
mujeres que hacen demasiado o ganan en
cordura o se vuelven rematadamente locas.
En esas transitorias locuras remueven las idioteces que han cometido en
su vida, los errores cometidos, el autoengaño de mentiras, los caminos no
escogidos, debilidades traicioneras, y
esa cabeza llena de pájaros en la cabeza se traiciona al remover un pasado imposible de cambiar, haciendo cábalas de como hubieran estado las cosas en el caso de que ..., y si hubiera hecho cual, ... y si no hubiera hecho, y si hubiera dicho, y no dicho, y si, y si, ..... Pero hurgar en tu memoria y en tu pasado te juega muy malas pasadas,
desgarrando tus pensamientos en un mar
de ofuscación y amargura, en unos remordimientos de una memoria desmemoriada y
confusa.
¡PERO LA REMATADAMENTE IDIOTA SOY YO al remover mi pasado!, ¡peor, endiabladamene tonta!, ya que no rememoro lo bueno, que ha sido mucho,
sino que recrimino hechos pasados y equivocaciones machacándome sin piedad,
carcomiendo mi energía. Me doy un buen
par de pellizcos y recobro la cordura. REMATADAMENTE IDIOTA – me digo en alto -
¿Quién sería yo sin mi pasado?
“CREE EN
TI” ya que “LA FELICIDAD SOLO DEPENDE DE TI”
Un repaso a las siguientes 9 reglas de
oro sacadas del libro “la inutilidad del sufrimiento” de María Jesús Alava terminan con mi ofuscación transitoria sacándome de mi ceguera.